UN BUEN DÍA PARA VOLAR

06.02.2015 22:37

UN BUEN DIA PARA  VOLAR

 

 

         Panorámica de vuelo, fondo Valle del Chota.

 

 

Hace 19 años que llegó a Ibarra el sistema de vuelo llamado parapente que se lo trajo y perfecciono desde Venezuela y llego para quedarse, 3 adictos a la adrenalina y al deporte extremo miembros del club Cirius serán nuestros protagonistas en este reportaje, que hilaran fino en cuanto se refiere a uno de los deportes  más intensos y arriesgados pero al mismo tiempo una de las disciplinas mas abandonadas.

 

 

Jorge Quiguango (32)  Santiago Quiguango (23)  Stalin Salazar (35)

 

 

Al iniciar el viaje hacia el punto de encuentro Jorge nos comentaba acerca de todo lo relacionando con el parapente entre ellas experiencias de sus vuelos y  si no se tenía el cuidado necesario podía pasar cualquier cosa, para el parapente es preciso ciertos puntos de seguridad como llevar el equipo correcto:

 

 *Radio de comunicaciones

 *Medidor de viento

*Brújula

*Casco especial

*Gafas especiales

*Guantes especiales

*Zapatos de caña alta

 

Cabe indicar que a pesar de la seguridad del equipo siempre es importante ir acompañado, con ello se evita cualquier percance, como los narrados por Santiago  que nos cuenta que los daños más comunes son: rupturas de vértebras, muñeca, piernas y columna  en el caso más extremo, este tipo de eventualidades surge por lo general cuando no se encuentra preparado física y psicológicamente al comenzar el vuelo por eso no hay nada mejor que practicar  y practicar.

Yaguarcocha (foto panorámica)

 

Una vez que llegamos a la famosa laguna de Yaguarcocha (lago de sangre) a 10 minutos de la ciudad, nos encontramos con el Cap. de la Policía Nacional Stalin Salazar,  que se unió al grupo también; miembro del club Cirius, es el más cursado y cuenta con 5 años de experiencia en vuelo de parapente; una vez fijado el lugar de despegue tomamos los vehículos y nos dirigimos  hacia Yuracrucito ubicado a 2900 m sobre el nivel del mar.

El tiempo que nos llevó desde Yaguarcocha hasta Yuracrucito es de una hora en ascenso por un camino pedregoso, angosto y al filo del vacío, con esto era más que suficiente el viaje, pero en el transcurso del camino se comentaba  sobre la falta de  interés de algunos integrantes para hacer del parapente una federación, con ello se habla mucho de la seguridad del deportista y de los torneos en los cuales se puede competir a nivel internacional y asi aumentar la competitividad de nuestros parapentistas ecuatorianos.

  Luego de una larga charla sobre los pro y contras de lo que seria tener en el pais una estructura federativa, que organice y vele por los intereces deportivos para una buena presentación internacional del parapentismo, y con ello dar otra cara para los turistas nacionales e internacionales que gustan de uno de los deportes extremos mas llamativos del país, aprovechando la  geografía que poseemos, en especial la provincia de Imbabura que es uno de los puntos mas llamativos para practicar este deporte.

 

Acenso hacia el lugar de despegue (Yuracrucito)

Una vez que llegamos a Yuracrucito nos decenvarcamos dejando atrás los vehículos, para caminar hasta el lugar de despegue, sitio el cual nos comentan es un terreno privado ya que el club no cuenta con sitios propios pero si con la voluntad de mucha gente para apoyarlos con este tipo de lugares para la salida de los parapentistas, cabe indicar que el club alquila estos terrenos para despegar.

Panorámica ciudad de Ibarra

Es un lugar pequeño y muy peligroso ya que se encuentra en una ladera pero ideal para un despegue correcto, asi los tres miembros del club Cirius se alistan y preparan ya el equipo la vela para disponerse a despegar, los expertos recomiendan el vuelo en invierno ya que no existe tanto viento en ciertos dias y la lluvia antes del dia de despegue es sinónimo de aventura ya que este fenómeno natural les permitirá volar y permanecer mas tiempo en el aire por el efecto físico que produce, los rayos del sol y la humedad de la tierra que se lo conoce como vapor, haciendo que sus velas asciendan evitando asi el corto vuelo y puedan planear con mas libertad como si fueran aves.

 

  Santiago nos comenta que el tiempo de los vuelos depende del clima por lo general en Ibarra el vuelo dura entre 20 a 30 minutos y si el tiempo la humedad correcta y todo se dipone para un gran vuelo este puede durar hasta 2 horas, segun registros del vuelo mas prolongado fue de 97 km en Pototillo ubicado en la probincia del Guayas, en el pais existen muchos lugares para practicar este deporte pero los mas visitados y concurridos por los expertos locales como extrangeros son Imbabura (Yaguarcocha) Santa Elena ( San Pedro) Manabí, Guayas entre otros.

 

 

Zona de despegue Yuracrucito

 

Asi pues llega la hora cero donde 20 minutos es el tiempo para equiparce y cojer vuelo, su guia una gran vara donde cuelga una franela que les indica para donde corre el viento y esto les permitira saber si es factible despegar; la franela esta quieta como indicandoles que es un buen dia para volar y que en esos minutos no hay nadie en el mundo como ellos tan libres e imponentes ante la majestuosidad del Taita Imbabura, sus lagunas, el valle del Chota y la gran ciudad Blanca como se la conoce; asi los tres avesados deportistas surcan los aires como si fueran parte del cielo y allá se pierden entre la infinidad del firmamento.

 

 

 "Ibarra la ciudad a la que siempre se vuelve" ojala con el tiempo podamos ver mas de esta creciente poblacion que nos envuelve en misterios, cultura y adrenalina, por otro lado el deporte se va intencificando y macificando como el futbol, escalada de montana, ciclismo, atletismo, halterofilia y a hora parapentismo, no cabe duda que la provincia de Imbabura es una de las cunas del deporte nacional pero así como nos ha dado tanto orgullo en cada certamen nacional e internacional del deporte debemos apoyar con nuestro aliento con lo que tengamos para seguir creciendo e imponiendonos  ante la advercidad y divercidad por bien de nuestras familias por la provincia por el pais y  por que no por el mundo.

 

 

 

 

 

 

 

 

Por : José Luis Chandi

Fotos : Santiago Quiguango

Ibarra - Ecuador